EL CREDO Y LOS PECADOS DEL LIDERAZGO
Durante las últimas 8 semanas hemos revisado una serie de importantes tips para fortalecer su liderazgo. En esta entrega repasaremos esos tips, sin embargo, para darle un “toque” especial, hemos redactado estos ocho tips en formato de “credo” cosa de que cuando usted los lea afirme estos principios básicos y refuerce su liderazgo.
Y como toda creencia tiene su desviación, hemos incluido al final de esta nota los “cinco pecados capitales del liderazgo”, que no son otra cosa que los principales obstáculos que afectan el desarrollo de su liderazgo y que por ende, pueden afectar la práctica del credo.
Credo del liderazgo:
1. Logro que otros me sigan y hagan algo en torno a una causa común definida por mí. Influencia.
2. Hago que las personas se sientan atraídos hacia mí y procuro el desarrollo de “esa” cualidad especial. Carisma.
3. Me preocupo por la gente y muestro auténtico interés por ellos, sus necesidades y desempeño. Cuidado.
4. Sirvo plenamente a los demás… ¡SIEMPRE! Ayuda.
5. Busco el triunfo grupal por encima del individual y logro que el equipo sea el ganador. Resultados.
6. Soy sensible ante cualquier situación. Sensibilidad.
7. Empatizo, guío y brindo esperanza a todos los que me rodean. “Remo” con ellos en el mismo bote. Motivación.
8. Aliento y busco el mejoramiento absoluto de las personas a mi alrededor. Reconocimiento.
Los cinco pecados capitales del liderazgo:
1. Orgullo: es esa tendencia a rechazar y despreciar a los demás. Es estar fuertemente salpicado de aires de superioridad. Nadie seguirá o se identificará con un líder esnobista.
2. Inseguridad: es no arriesgarse y “estacionarse” en su zona de confort, es no estar dispuesto a asumir ningún tipo de riesgo aunque el mismo pueda garantizarle un éxito sin precedentes.
3. Malhumor: es proyectar amargura y un carácter hosco.
4. Perfeccionismo: El enemigo de lo bueno es lo perfecto. Muchas veces nos quedamos estancados en un sólo lugar haciendo que nuestros equipos pierdan tiempo y recursos desgastándolos innecesariamente sin lograr llevarlos a ninguna parte. Este pecado es primo hermano de “análisis-parálisis”.
5. Negativismo: es simplemente lo contrario a carisma. Una persona con actitud negativa se convierte en una fuerza depresiva y no inspira confianza.
Los invito desde YA a hacer un inventario personal y evaluar cuáles son sus palancas y anclas en temas de liderazgo. Evalúe cómo está en el cumplimiento de su credo y si está pecando más de la cuenta, ¡es hora de una buena confesión! Recuerde que el liderazgo se cultiva, fortalece y crece siempre y cuando tenga la actitud necesaria para lograrlo, el éxito depende de ¡Usted mismo!
Feliz y provechosa semana y me reitero a sus órdenes ante cualquier duda o inquietud que pueda tener.
Y como toda creencia tiene su desviación, hemos incluido al final de esta nota los “cinco pecados capitales del liderazgo”, que no son otra cosa que los principales obstáculos que afectan el desarrollo de su liderazgo y que por ende, pueden afectar la práctica del credo.
Credo del liderazgo:
1. Logro que otros me sigan y hagan algo en torno a una causa común definida por mí. Influencia.
2. Hago que las personas se sientan atraídos hacia mí y procuro el desarrollo de “esa” cualidad especial. Carisma.
3. Me preocupo por la gente y muestro auténtico interés por ellos, sus necesidades y desempeño. Cuidado.
4. Sirvo plenamente a los demás… ¡SIEMPRE! Ayuda.
5. Busco el triunfo grupal por encima del individual y logro que el equipo sea el ganador. Resultados.
6. Soy sensible ante cualquier situación. Sensibilidad.
7. Empatizo, guío y brindo esperanza a todos los que me rodean. “Remo” con ellos en el mismo bote. Motivación.
8. Aliento y busco el mejoramiento absoluto de las personas a mi alrededor. Reconocimiento.
Los cinco pecados capitales del liderazgo:
1. Orgullo: es esa tendencia a rechazar y despreciar a los demás. Es estar fuertemente salpicado de aires de superioridad. Nadie seguirá o se identificará con un líder esnobista.
2. Inseguridad: es no arriesgarse y “estacionarse” en su zona de confort, es no estar dispuesto a asumir ningún tipo de riesgo aunque el mismo pueda garantizarle un éxito sin precedentes.
3. Malhumor: es proyectar amargura y un carácter hosco.
4. Perfeccionismo: El enemigo de lo bueno es lo perfecto. Muchas veces nos quedamos estancados en un sólo lugar haciendo que nuestros equipos pierdan tiempo y recursos desgastándolos innecesariamente sin lograr llevarlos a ninguna parte. Este pecado es primo hermano de “análisis-parálisis”.
5. Negativismo: es simplemente lo contrario a carisma. Una persona con actitud negativa se convierte en una fuerza depresiva y no inspira confianza.
Los invito desde YA a hacer un inventario personal y evaluar cuáles son sus palancas y anclas en temas de liderazgo. Evalúe cómo está en el cumplimiento de su credo y si está pecando más de la cuenta, ¡es hora de una buena confesión! Recuerde que el liderazgo se cultiva, fortalece y crece siempre y cuando tenga la actitud necesaria para lograrlo, el éxito depende de ¡Usted mismo!
Feliz y provechosa semana y me reitero a sus órdenes ante cualquier duda o inquietud que pueda tener.